Me licencié en psicología en 2003, convencida que lo mío era la clínica y hacer terapia. He ido buceando en diferentes formaciones pero, a día de hoy, me enfoco sobretodo en la mirada humanista.
La Terapia Gestalt es con la que más me identifico como terapeuta y como persona en mi propio proceso. He podido comprobar en mí misma y mis clientes la fuerza que tiene ponerle palabras y conectar con esas verdades que viven en nuestro interior.
En mis sesiones me gusta usar herramientas del enfoque sistémico, el eneagrama como mapa de la personalidad, mindfulness, y otras terapias contextuales, pero sobretodo, me centro en mi compromiso con las personas y su proceso de autodescubrimiento y crecimiento personal.
Para mí, ser terapeuta es un privilegio, ya que puedo dedicarme a algo que me apasiona: ayudar a las personas.
Cada vez que me pongo frente a un paciente, es una oportunidad de descubrir y explorar juntos su historia, y al mismo tiempo, seguir aprendiendo y descubriendo cosas de mi misma que me ayudan en mi propio proceso.